domingo, 25 de marzo de 2007

Gigante con pies de barro

En esta vida todos tenemos ídolos.
Dependiendo de la axilogía, de la edad, quizás de la cultura, nuestros ídolos son Dioses, estrellas de futbol, Artistas, Filósofos, maestros, o personas que vamos conociendo por la vida.
Un ídolo es un referente, es alguien que admiramos, alguien que quisieramos ser en un futuro, alguien del pasado que hubiésemos querido ser, o quien en un plano metafísico nos protege.
Dichosos los ídolos del pasado, porque sólo uno puede adoralos y admirarlos.
Y qué responsabilidad tienen los ídolos de esta época!
Sean padres, deportistas, artistas, maestros, jefes, colegas o cualquiera que se manifiesta y por alguna cosa tiene seguidores.
Mas que nunca hay que luchar contra la política, el consumismo, la perdición de lo etéreo, de lo fácil y cómodo, pelear contra el disolvente del conocimiento, batallar contra la ruptura del los límites de lo ético y verdadero contra la infame falsa tolerancia de quienes haciendo abuso de la libertad caer en un libertinaje y autoritasrismo de hacer lo que le viene en gana y aun así querer ser reconocidos.
Dificil me ha sido el vivir, viendo mis ídolos caerse.
Así mismo, desde muy pequeña distinguí entre los ídolos del pasado y los presentes. Siempre me sentí bendecida por tener tantos ídolos a mi alrededor, y así sentir fuerza para ser grande, gloriosa, e inmortal. Si, así mismo, escogí mis ídolos para aprender de ellos, a fin de dejar algo de valor al mundo, que lo muestre como es, que lo haga inperecedero, que marque una época.
Y tremendo dolor he sentido con mis ídolos del presente, uno a uno a caido, Gigantes con pies de barro, construidos en si mismos por deseos personales, la avaricia, la mente limitada a tomado posesión de ellos, y los ha atomizado.
Esto sucede cuando un ser humano tine un par de ideas brillantes, está en el momento adecuado, con la gente adecuada, con la idea adecuada (o robada).
Pero después no hay mas nada...sólo en convertise en seres flemáticos, pues tienen seca el alma.
Como dice Kant en su tratado de Lo Bello y lo Sublime..."El hombre de aplicación tranquila y egosta no tiene, por decirlo así, órganos para sentir el rasgo noble en una poesía o en una virtud heroica".
Y es así mismo, duele ver que uno se equivoca a veces a escojer sus ídolos, que no tienen órganos para ni hacer mas poesía, ni actos heróicos, y siquiera apreciar los esfuerzos peóticos o heroicos de otros. Los pies les tiemblan, al fin son de barro...
Quizás sea parte de volverse adulto, y darse cuenta de que uno está solo.
Y que Dios me de fuerza, porque al menos lo que he aprendido es que si algún día, alguien me considera un ídolo, de manera ninguna, y primero entregando la vida, voy a comportarme como mis ídolos que me traicionaron sin querer, o queriendo.
De manera firme, entendiendo mi mundo, mi momento, mi tiempo, en la rectitud de principios, en la violencia de una evolución, y quizás con una mutación mental que necesitamos. En el respeto, en la valoración. Porque sólo con un buen capitán, con un buen barco, una buena tripulación, predeciendo el buen tiempo y con la sonrisa de los dioses, un marinero se debe hacer a la mar.
Y aun así será azotado por el destino, porque al embarcarse, siempre se busca un ideal.
Esa es la única aventura por la cual el hombre debería pagar el precio de su vida.
Y mis Gigantes de pie de barro han caido, y en su caida me quieren soterrar, mas como el ave Fenix me reconstruyo sobre mis cenizas, y con ésto he aprendido a diferenciar entre ídolos, de verdad Gigantes con pies de barro, y mis Maestros.
Al final, los ídolos son particulares, cada quien los escoje...como dice el refrán "No tiene la culpa el indio, si no quien lo hace compadre", la caida de un ídolo también es darse cuenta lo idiota que es uno para escojer parámetros. Es la frustración por la cretinez, es podar la inocencia y los ideales, esperando sólo que de esto salga uno mas robusto y floresca.

7 comentarios:

Amanda Magalhães Rodrigues Arthur dijo...

Sabe, Luisita, na minha modesta opinião, acho que na vida mais do que ídolos precisamos de espelhos. De pessoas (amigos, colegas de trabalho, amores, familiares...) que nos apresentem o reflexo de nossos atos com sinceridade e isenção, para entendermos o bem e/ou o mal que praticamos (com alguma sorte, na maior parte de vezes o bem!).
Os espelhos são aquelas pessoas que nos elogiam e nos motivam a seguir e acreditar, mas que também nos criticam, levando-nos ao confronto com nossos erros...
Penso que identificar e ter estes espelhos é tarefa bem mais difícil do que a escolha dos nossos ídolos.
Os espelhos são amores e os ídolos paixões.
Beijo grandão,
Amandita

Flavio Ferrari dijo...

Por isso mesmo que nunca desejei ser ídolo de ninguém... detesto sujar o tapete da sala de barro.
E estou com a Amanda em gênero, número e grau...

Udi dijo...

É Flavio, mas os desejos nem sempre se realizam e, se tivermos que eleger um, melhor que seja assim mesmo: um que nunca tenha desejado isso.
Mas porque a sala é de barro?

Luisa Fernanda dijo...

Querida Amandita tienes razón, infelizmente tengo un corazón muy apasionado, y al final, aunque tengamos identidad propia, pienso que también nos vamos modelando de actitudes y valores de quien admiramos. Que felicidad sería que tuvieramos siempre relaciones de espejo, como hacemos a veces en los blogs. Te mando muchos besos y gracias por poner el link a Estetikos en tu blog

Flavio Ferrari dijo...

Essa Udi é mesmo um amor ...

Walmir Lima dijo...

Postei no Sarau...
Amanda: lograste un importante hecho al traer, de vuelta, la presencia de Luisa Fernanda en nuestra blogosfera.

Luisa: Que bueno, volviste! No te ausentes mas!

Luisa Fernanda dijo...

Hola Walmir, con certeza los artículos de Amandita me encantan, mas también andaba en una s buenas ferias!