jueves, 8 de marzo de 2007

En búsqueda de las artes

Mi amigo Flavio, que tuvo a bien publicitarme en su blog, inspiración que le dio luego de una plática que tuvimos en el fumódromo.

Como buen publicista, puso el título de nuestra conversa, El décimo arte, luego un texto claro en el cuerpo donde especificó que declaré a 20 años atrás la vida cotidiana como el 10mo. arte, y lanzó al final de su nota un arquetípico slogan, que es un cuestionamiento...Quieren saber cuales son las otras nueve artes? pregunten a Luisa.

Esta es de verdad una pregunta dificil.

Porque el arte y lo bello depende de lo que percibimos y como abstraemos nuestras sensaciones.

Es decir uno construye sus artes, que se diferencían de sus artesanías y de sus aficiones.

Luego pues, deliberadamente, ya lanzada al aire la pregunta comento.....

A la edad de cinco años tuve mi primera experiencia estética.

Alicia Torres Garza, cantante de ópera, amiga de mi madre, me adoptó artísticamente. Una noche, quizás porque mis padres querían tener un momento solos, me encargaron a ella para cuidarme, y ella tuvo la magnífica idea de llevarme al Palacio de Bellas Artes en la Cuidad de México (donde vivíamos).

Nunca había visto una construcción igual. Mucha gente saludaba a Alicia y yo no entendía bien porqué,.... ella era la amiga querida que llegaba por las tardes a tomarse un café en casa,... por tanto, como todos la saludábamos en casa, y era como de la familia, luego entonces ella estaba en su familia...y era bien grande...y era un mundo nuevo para mi, un concepto nuevo de familia.

Nos sentamos en la platea, en la ubicación perfecta, en medio del todo. Creo que era la única niña a mi alrededor, todo el mundo era grande. Hasta en las paredes había gente sentada.

Ahí reparé en el telón del teatro, era la primera vez que iba a un teatro, el telón era una pared linda que todos los que estábamos sentados mirábamos como esperando algo pasara...esta pered o telón era de cristal.
Tenía pintados los volcanes que circundan la Cuidad de México, con colores brillantes. Yo ya los había visto cuando salíamos en carro con mi papá, por eso los reconocí, altos enigmáticos, uno que parecía una mujer dormida cubierto con una sábana de nieve y el otro un volcán típico de forma puntiaguda como dibujan en los libros de cuentos.

Sonó tres veces una campana, lentamente fue subiendo el telón (o pared) de cristal, apareció un nuevo telón rojo de terciopelo que se fue abriendo lentamente al compás en que apagábase la luz, aparecieron varias sillas y cosas que no entendí, luego personas vestidas de blanco y negro, afinó lo que Alicia me explicó que era la orquesta, salió el director, hubo aplausos y comenzó la música...

Dichoso aquel que se acuerda de su primera experiencia estética. Yo soy uno de ellos. No puedo decir que perdí la virginidad, muy por el contrario, descubrí que tenía libido.

La música simplemente me tomó, respiraba a su compás.

Al final de la obra, lo que Alicia me explicó que era el último movimiento, había un coro, todos vestido de blanco, como ángeles; en mi mente se resolvieron sentimentalmente y matemáticamente ciertas frases musicales que había oido anteriormente, como si hubiese escuchado un preludio y luego se llegase al clímax.

Lloré timidamente. Con las luces aun apagadas estallaron los aplausos, hubo quien se puso de pie. Se encendieron las luces. Mi corazón estaba muy agitado. Miré al cielo suspirando y ahí, mis deficientes ojos, ya usando gafas a esa edad, descubrieron lo que pensé era una pintura en lugar de cielo, otro descubrimiento, ya que solo había visto lámparas en los techos, o en lo descampado del cielo la Luna y las Estrellas.

Lo que pensé era una pintura, tenía un hombre en el centro como si saliera de fuego, y había mujeres en torno de él, vestidas con túnicas de diferentes colores y cada una de ellas con cosas difetrentes en las manos.

Mi vida cambió para siempre.

Mis padres nunca entendieron porqué, ni cuándo, ni cómo. Como debe ser en la vida.

Y porqué esta historia, muy simple, luego de tremenda sensación me puse a estudiar, (entiéndase que leía fluentemente desde los tres años gracias a mi abuelita Tita que era maestra de escuela y me adoctrinó desde chiquita).

El Lugar: Palacio de Bellas Artes, construcción erigida al costado de la Alameda Central, donde antiguamente existía un convento llamado de Santa Isabel, mismo que fue edificado en 1601 y demolido en 1904.

La idea de este lugar fue concebido por Porfirio Diaz (el dictador) en 1901, quien con su mente megalomaniaca para conmemorar el centenario de la Independencia, demolió el antiguo Teatro Nacional que quedaba cerca de donde hoy es el Palacio de las Bellas Artes y el convento de Santa Isabel donde se construyó el recinto en cuestión.
El arquitecto seleccionado fue el italiano Adamo Boari, quien tomo casi como empresa personal superar con esta obra el Teatro de La Gran Opera de Paris de T. Garnier. En mi opinión lo logró.

Infelizmente con Porfirio, pasó lo mismo que con muchos líderes, o se enfermaron de poder y/o son tan carismáticos que se rodean de gente que les ayudan a crecer por interés y luego los traiciona.

Así fue como se azotó a México con la Revolución.
Hasta 1916 Boari trabajó en la construcción del exterior del Placio en cuestión, y regresó a Italia porque no prestaba mas la situación en México. Tan fue así que hasta 1932 se retomó la obra por el secretario de Hacienda A.J.Pani, pero fue concluida hasta 1934 bajo la presidencia de Abelardo Rodriguez y bajo la mano del Arq. F.Mariscal...Hasta 1947 se instaló el Instituto Nacional de las Bellas Artes, que fue fundado un año atrás por decreto presidencial.
El telón:Diseñado y construido por Louis C.Tiffany, el americano New Yorkino que fue uno de los que aportó mas desde este continente al Art Nouveau; Diseñó el telón con 206 tableros de estructura metálica, compuesto por mas de un millón de cristales opalescentes de dos centimetros, que muestran el Valle de México pintado por el Dr. Atl, y está rodeado por un arco decorado con mosaicos intitulado "El teatro a través de las edades" realizado por el húngaro G. Marotti.
Entre El Art Nouveau de Tiffany, el Art Deco de Marotti y el nacionalismo de Atl, esta cortina única en el mundo, construida en Nueva York y transportada por barco hasta México, donde encontró sus últimos detalles de decoración y uso, es simplemnte una evidencia de lo fantástico y de lo ecléctico en el arte del siglo XX.
Aun recuerdo, cuando estaba con mi padre en su tienda de "Helados de Coyoacán", (misma que luego vendió), decirme un día cuando llegó un hombre de barbas largas y blancas, "Mira mi hija parece el Dr.Atl.
Después de algún tiempo, de carro con él, rodando luego de la región de Vallejo, vi una calle llamada Dr. Atl, ahí me pareció conocido....Papi, Atl,... si mi hija, quien pintó el vitral de Bellas Artes....Cruce de caminos y conocimientos al azar.
Al Final Gerado Murillo, alias el Dr. Atl, era escultor, pintor y vulcanólogo, totalmente explicada su obra, y lo mejor, Atl en nuahuatl significa agua.
La Música: La novena de Luis v. Beethoven. No hay que hablar mas nada.
El cielo, la pintura, el vitral, el falso domo: Esto fue los mas fantástico, descubrí que esta pintura no era pintura mismo, es uno de los pocos vitrales en el mundo que no se iluminan con el Sol. Construido por el propio G. Marotti, el húngaro, representa a Apolo y las nueve Musas.
Apolo, bueno tiene su historial, y las musas? representan las artes? No señor!
Y cuales son las Artes?
Y las Artes son las que entendemos por los sentidos.
La pregunta es si tenemos todos los sentidos, o si los que tenemos todos los sentimos...
A nadie nos he negado el tacto, para saber a lo que nos aproximamos, o se aproxima, la mas absoluta de las sensaciones. El primero de todos los sentidos. Se marca con el humbral.
Luego el olfato, ahí tomamos dimensión del tiempo y espacio, él nos habla del presente, del futuro cercano y nos trae recuerdos, intimamente sabemos lo que es bueno y malo, a nadie tampoco nos he negado pero tiene escala.
El gusto, tampoco es negado a nadie, sin embargo la amplitud de interpretación llega en los tiempos modernos al límite de lo arbitrario. Originalmente debe servir para saber si podemos alimentarnos con algo, es nuestro sentido mas intimo de supervivencia, y con el hemos desrrollado subgéneros del gusto, como el tempero, la gastronomía y demás variedades, que pueden dar belleza a otros sentidos; pero al final el que decide es el gusto. En su forma superlativa es como aprendemos y nos relacionamos.
El oido, no descriptible en su absoluto. Humanizado, distingue entre ruido, música y legua. Este si no se nos da a todos, y a quien se da tiene una gama intensa, y se puede deteriorar físicamente, o perfeccionar mentalmente, al punto de pensar sonidos, y escuchar sin oidos.
La vista, efímera y caporichosa. Se da muy pocos, y nunca sabremos si lo que vemos es igual a lo que ve el otro. Gama casi infinita dividida en tres grandes familias, ver, observar y apreciar.
Y así basada en mi percepción particular encontré que los griegos antiguos dividian las artes en superiores y menores. Las superiores son basadas en los sentidos de la vista y el oido. Las menores en el gusto, olfato y tacto. Totalmente cierto, con las superiores uno sublima, con las menores sobrevive.
Sin embargo...las musas quienes en mi mente debían ser las artes... eran nueve...y tenemos sólo cinco sentidos,... primer corto circuito existencial.
Muchas horas pasé viendo el vitral del techo del Palacio de Bellas Artes, haste que memorizé y analizé todas y cada una de las musas para luego en libros viejos encontar el significado... ellas son Callíope, la elocuencia; Clío, historia; Erato, poesía erótica; Euterpe, la Música; Melpomene, la tragedia; Polymnia, la poesía lírica; Terpsichore, la danza; Thalía, la comedia y Urania, la astronomía.
Ahí me di cuenta que había cosas entre el mundo de los griegos antiguos y mi vida que eran trillos con puentes perdidos, que antes no había división entre la ciencia y el arte, mas sin embargo había una clara división en los sentimientos.
Después de leer mas de 200 libros sobre arte y quintuplicando las pláticas con amigos, encontré que al final las artes clásicas son La Arquitectura, La Danza, La Escultura, La Declamación, La Música y La Pintura.
En el siglo XX se declararon otras tres artes mas, El Cine como el séptimo, y en Francia, según me enseñó mi maestra Teresa Olabuenaga, un grupo de semiólogos y artistas de porte, declararon que el octavo y noveno arte eran El Rito y El Mito.
No es por nada, por ejemplo, que el Carnaval de Barranquilla en Colombia haya sido candidatado por el Ministerio de Cultura del propio país, para ser Patrimonio de la Humanidad ante la Unesco.
Y bueno, después de toda esta vivencia y estudio (mismo que no alcanza ni en tiempo ni en espacio en este blog para expresar de golpe), de manera prematura al siglo XXI, declaré en 1987 el 10mo. arte, para ser directriz del siguiente siglo y nuevo milenio.
Simple, este arte numero diez es La Vida Cotidiana....ya que somos seres llenos de experiencia en una era de heroes sin monumento.
Simple, como una tarde ensolarada en la que uno encuentra el amor de su vida en un parque, esa en la que se entra al cine y se ve una película que da respuesta a nuestras angustias, esa, que te embriaga como la primera vez que entra uno al teatro, donde como a mi, me tocó ver combinadas las diez artes.
Simple y tenaz al mismo tiempo. Rebelde. Sin absolutamente ningún valor comercial. Unico, original e irrepetible. Contestatario a las corrientes de los "ismos" del siglo XX donde se perdieron las coordenas. Tranquilamente violento. Eso es el décimo arte.
Sólo por curiosidad, vean un par de fotos que digitalizé de manera totalmente amateur. Estas fotos las tomó mi abuelo Frederick Ferdinand Streber von Billow en un viaje a México antes de llegar a Costa Rica, por vuelta de 1919-1920, después de hacer su parte en la prime Guerra Mundial. http://picasaweb.google.com/luisahinojosa/FotosDelAbuelo
Otra curiosidad casi morbosa, es ver a la gente que entra a la tienda de Tiffany....que se imaginarán, que irán a comprar...será que un cristal opalescente, uno entre los millones...

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