sábado, 21 de febrero de 2009

Bajo Continuo

Y gracias a Dios, El inventado
Se lo que es del mal el pecado
Dichoso de mi vida el desvío
Porque es lo que he vivido

Sin leyes y siguiendo el ritmo
Mi propio delicioso algoritmo
Abstracto del silencioso sonido
En medio del caos esta mi nido

Mas amar-te faz sentido ao universo
Y el cosmos se conjuga en tu verso
Poco me importa el destino adverso
Aspiro solo de tus labios un beso

Y solo eso

Bajo continuo en solfeo
Así imagino que te veo
Que te toco y te sueño
Tiro del mundo el velo

Mi amor y desvelo

martes, 10 de febrero de 2009

Ilusión, Fantasía y Realidad

La diferencia entre fantasía e ilusión, es que la fantasía nace de una recreación lúdica de la realidad, se transforma en la imaginación y una la puede materializar de vuelta, evolucionada, como las ideas que mueven el mundo.

Sin embargo la ilusión, es simplemente ver algo que no existe, sin fundamento, un espejismo de los sentidos, donde ni siquiera la mente hace parte.

Mientras, la fantasía es producto de la enervación de absolutamente todos nuestros sentidos, de nuestra mente tratando de huir del mundo para transformarlo, producto de nuestros deseos y pensamientos más profundos sublimados.

Uno es verdad y visión, el otro es una mentira como un gigante de pies de barro.

Al ver un oasis en el desierto, ilusión óptica pura, se torna fantasía, si por la visión deseamos profundamente sobrevivir y sobrevivimos, queda en ilusión si casi llegando al oasis, él desaparece a los ojos y nos entregamos a la muerte.

Porque mas allá de nuestros sentidos, es nuestro eje el que prevalece.

Ese, que se nutre de fantasías y de nosotros mismos, y de lo tangible y de los sueños, ese nuestro eje que hace de lo imposible lo posible, que donde solo hay ilusión encuentra una gota de fantasía y genera realidad palpable.

Ese nuestro eje, que mismo privados de todos nuestros sentidos, y de todo el amor del mundo seguiríamos hasta la muerte, esa es la verdadera fantasía, porque al final desde el comienzo la vida es una aventura que construimos a cada palpitar y respiro, solos y en soledad, construyendo así nuestra realidad.